Zona de cría de aves con acceso restringido en determinadas épocas del año.
Estas construcciones con una arquitectura singular fueron hechas por el Instituto Nacional de Colonización en los años 60 para dotar de infraestructuras a una población aún numerosa (cerca de 500 personas a mediados del s.XX).
Por un pequeño camino que cruza desde el barrio de Canexol, que fue uno de los núcleos de la vida social en la isla, a Caniveliñas, podremos acercarnos hasta la puerta del recinto (habitualmente cerrado) que acoge la iglesia antigua y el pequeño cementerio donde los habitantes de la isla fueron enterrados durante una parte del S.XX.
Zona de cría de aves con acceso restringido en determinadas épocas del año.
Escultura que representa la leyenda del origen de los Mariño, hecha en el siglo XX por los descendientes de la familia Goián, que fueron los últimos propietarios privados de la isla.
Uno de los manantiales de la isla, rodeado por árboles que crecen en zonas húmedas como los márgenes de los ríos. En su entorno, aprovechando esta abundancia de agua, se instaló una pequeña fábrica donde se horneaban las tejas para las casas de la aldea. Llamada también fuente de Santa Catalina
Construido en 1921, tras el hundimiento del barco de vapor Santa Isabel frente al antiguo faro que databa de 1852. Aunque el recinto está cerrado, puedes admirar la construcción desde el sendero que sale a la derecha del portal.
Las ruínas de estas viviendas son el recuerdo de una comunidad que se instaló en la isla en el S.XIX y se mantuvo aquí hasta los años 60, llegando a tener 70 habitantes.
El paisaje de Sálvora está marcado por los bolos, grandes piedras graníticas de formas redondeadas debido a la erosión durante miles de años.
La antigua ermita se encontraba entre las casas. En 1652 se reconstruyó en este lugar, alejándola así de la aldea. Se levantó a su lado un pequeño hospital para peregrinos.