Flora terrestre

Flora1

Los distintos ambientes naturales de las islas crean una variada vegetación.

Los arenales y dunas, medios de gran aridez, obligan a las plantas a tener adaptaciones especiales: colores claros que reflejen el sol, raíces muy profundas que lleguen a los depósitos de agua, bulbos donde guardar el agua de la lluvia, etc. Son plantas de distribución muy restringida y de protección obligada. El barrón, la azuzena de mar, el  alelí de las playas, son especies representativas de estos medios. La  camariña, la Armeria  pungens y la  Linaria arenaria encuentran en las dunas de las islas uno de sus últimos refugios.

Los acantilados, zonas de escaso sustrato enfrentadas la fuertes vientos cargados de  salitre, solamente permiten la supervivencia de plantas muy adaptadas, como el  perejil de mar, la clavelina o la  manzanilla marina. Destaca  Angelica  pachycarpa como planta exclusiva del noroeste peninsular, asociada a los acantilados frecuentados por colonias de gaviotas.

Los matorrales, dominadas por el tojo y el  endrino, tienen un carácter  submediterráneo con especies como el  torvisco y jara norteña. Como especie propia de estos matorrales destaca la "xesta de Ons"  Cytisus  insularis, una nueva especie de retama encontrada en la isla de Ons.

En las islas Cíes, Ons y  Sálvora, en aquellas zonas más protegidas del viento oceánico, encontramos pequeños bosques de árboles autóctonos, principalmente roble melojo. En Cortegada, por su situación  más abrigada en el interior de la ría de Arousa, sus bosques se extienden por casi toda la isla y tienen  mayor diversidad de árboles: laureles, sauces, robles, alisos.

En el  s  XX en las islas se plantaron eucaliptos, pinos y acacias, sobre los que ahora se trabaja para su eliminación y así recuperar los ecosistemas naturales propios.

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