Cumbres antaño unidas a las sierras litorales y ahora aisladas por la inundación de la costa, componen una cadena de islas que protegen las rías.
En los archipiélagos exteriores, Cíes, Ons y Sálvora, su relieve se caracteriza por la presencia de dos vertientes diferenciadas. La occidental, enfrentada a los embates del mar abierto con su costa rocosa. La oriental, que mira al ambiente más amable de las rías, lo que permite la formación de arenales y dunas en esta cara de las islas. Los fuertes vientos, llenos de salitre, el escaso desarrollo de los suelos y la carencia relativa de precipitaciones determinan las condiciones naturales de estas islas.
Cortegada, abrigada dentro de la Ría y con ambiente menos salino, tiene una costa donde se van alternando los arenales y las rocas. Es una isla de relieve plano y suelos bien desarrollados que dan sustento a los bosques que la recubren.
La cercanía al continente, la singularidad del relieve y el mar cómo permanente fondo escénico configuran los paisajes únicos de este Parque.
Consulta más información sobre lo medio físico del Parque Nacional haciendo clic aquí.