El gran espectáculo visual que supone el paisaje de la Caldera de Taburiente y sus formaciones geológicas, han despertado la curiosidad de geólogos y vulcanólogos de todo el mundo, que han visitado la isla de la Palma desde comienzos del siglo XIX. De hecho el vocablo “caldera” de origen local, se utiliza a nivel mundial para describir cráteres volcánicos de grandes dimensiones. La existencia de un vulcanismo histórico en Cumbre Vieja y, especialmente, las erupciones más recientes del Teneguía o del Tajogaite, han movilizado a gran cantidad de científicos y visitantes, interesados y fascinados por observar un proceso eruptivo en directo. Esta geología tan singular ha hecho que la isla de la Palma sea un ejemplo a escala mundial donde se pueden observar desde las fases de crecimiento submarino de un edificio volcánico, la construcción de un estratovolcán, la presencia de un gran deslizamiento con la destrucción parcial de un edificio volcánico y la observación de erupciones volcánicas activas en periodos recientes.
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